ECOS DE USUARIOS: “MI EXPERIENCIA EN EL ALBERGUE DE ZAMORA” POR MARIAN MURUA

Como os informábamos el pasado 5 de abril (Ver noticia), este año seis personas usuarias de Apdema que habitualmente ejercen como hospitaleros voluntarios van a debutar en el albergue de Zamora del Camino de  Santiago.

Tras su debut en Estella, en 2006, el hospedaje de Zamora es el quinto del Camino de Santiago en el que personas usuarias de Apdema colaboran como hospitaleros voluntarios, tras Astorga, Nájera y Grañón, desde 2011, 2013 y 2015, respectivamente.

Después de conocer el albergue y la ciudad en una visita programada los días 26 y 27 de marzo, Marian Murua, una veterana en voluntariado entre las personas con discapacidad intelectual de Apdema, ha sido la primera en debutar como hospitalera en el albergue castellano-leonés. Y, como nos explica nuestra responsable del programa de voluntariado de Apdema en El Camino de Santiago, “Marian ha estado ella sola como hospitalera durante una quincena completa cuando en general la mayoría de sus compañeros completan una quincena entre dos personas. Ha empezado el 1 de mayo y acabará Josean Baroja a finales de octubre. Este año van al nuevo albergue 6 autogestores: 1 en mayo, 1 en junio, 1 en agosto, 2 en septiembre y 1 en octubre”.

A continuación, Marian Murua, que cumplió años durante su voluntariado, nos cuenta su experiencia en el albergue de Zamora.

Soy Marian y voy a contar mi experiencia.

Este año he conocido Zamora.

Soy veterana haciendo voluntariado.

Llevo desde el año 2011 siendo hospitalera.

He pasado por los albergues de Estella, Astorga, Grañón y Nájera.

La pandemia cerró el albergue de Nájera

pero gracias a Amalia tenemos un nuevo albergue.

Es el albergue de Zamora, la capital.

Yo he sido la primera en debutar en el albergue.

He estado del 1 al 15 de mayo.

En el albergue hemos estado tres hospitaleros,

un matrimonio catalán que eran novatos y yo.

Habían hecho el curso de formación hace poco.

Nos organizamos muy bien para hacer las tareas del albergue.

Mi día a día en el albergue era sencillo.

A la mañana me levantaba a desayunar a las siete y media.

Cuando se iban los peregrinos a las ocho se limpiaba el albergue.

Hay cuatro habitaciones: dos para cuatro personas

y otras dos de ocho personas.

Después de limpiar íbamos a comprar.

Hasta las dos teníamos tiempo libre.

Comíamos fuera o en el albergue.

A las tardes hacíamos turnos.

De dos a cuatro horas estábamos dos hospitaleros.

Son las horas que más peregrinos llegan.

Un hospitalero descansaba esas dos horas.

A partir de las 4 de la tarde había un hospitalero

encargado de atender la oficina.

El 4 de mayo fue mi cumpleaños

y pasé un día espectacular.

Un peregrino sevillano tocaba la guitarra.

En el desayuno me cantaron feliz cumpleaños.

Nos fuimos a comer a un restaurante

y a la noche me sorprendieron con dos magdalenas y unas velas.

Tengo un par de anécdotas.

Al llegar al albergue la compañera me vio con las maletas

y me dijo que no se podían guardar en el albergue.

Yo lógicamente me presenté como la nueva hospitalera.

Otra de las anécdotas es que a la gente le sorprendía

cuando hablaba en euskera.

El sábado 14 de mayo vinieron los dos hospitaleros

que iban a estar siguiente quincena.

Les explicamos sus tareas en el albergue.

Comentaron que era su primera vez como hospitaleros.

Marian Murua

Añade un comentario

requerido*

Límite de tiempo se agote. Por favor, recargar el CAPTCHA por favor.