ENTREVISTA A TXEMI LLANO

ENTREVISTA A TXEMI LLANO

Bajo el lema “Gazte Alaiak y el Pequeño Comercio: Para ti, para mi, para todos”, los responsables y familiares del Centro de Ocio de APDEMA en Amurrio, Gazte Alaiak, han llevado a cabo un exitoso Calendario solidario con la ayuda económica de 12 comercios de la localidad, así como del prestigioso fotógrafo amurriotarra Txemi Llano. Hoy queremos agradecer nuevamente a Txemi su desinteresada colaboración. Y para ello, hemos tenido la oportunidad de charlar con él sobre la experiencia vivida.

José Miguel Llano, Txemi, es un baracaldés afincado en Amurrio, que lleva ejerciendo como fotógrafo profesional desde 1987. Desde entonces, ha estado vinculado al mundo editorial y ha trabajado para diversas publicaciones y agencias en Europa y Estados Unidos, relacionadas con el mundo del deporte en general y el ciclismo, cicloturismo, bicicleta de montaña, atletismo, viajes y grandes reportajes en particular.

Actualmente desarrolla su labor profesional en el ámbito de la fotografía publicitaria, industrial, reportajes, y edición de pequeños trabajos audiovisuales.

Ha realizado tanto exposiciones colectivas como individuales por todo el País Vasco, y ha sido galardonado en distintos certámenes a nivel Estatal.
Además, lleva publicados 9 libros como editor independiente.

¿Cómo empezó todo? ¿Cómo surgió la posibilidad de tomar parte en el proyecto?

Edurne Abásolo me comentó la idea que le rondaba por la cabeza desde un tiempo atrás, era preparar un calendario para 2015 con las chavalas y chavales de Gazte Alaiak-APDEMA y en colaboración con diversos comercios y empresas de Amurrio. Era una iniciativa totalmente novedosa para todos ellos y, sin esa experiencia previa, a priori, podía parecer más difícil de poner en marcha y de resultados bastante inciertos. Pero aún así, Edurne confiaba en que el resultado pudiera resultar muy positivo, me pidió opinión y quiso saber si podría implicarme.

Después de unos pocos minutos de conversación, no tuve dudas, era un reto que no podía rechazar.

Tengo que decir que, desde el primer momento, Edurne confió en la capacidad que yo tenía en coordinar, gestionar y llevar a cabo la iniciativa, algo que le agradezco enormemente. Pero su predisposición y la de la Asociación, junto con la total colaboración que ofrecieron todos y cada uno de los comercios y empresas, fue definitiva para que el resultado haya sido el que estamos viendo.

Dicen que el colmo de un fotógrafo es carecer de objetivos. ¿Cuál es el que te movió a participar en este proyecto?

Hablaría de varios objetivos al mismo tiempo. El más importante, poder aportar mi colaboración a una causa honesta. Gazte Alaiak-Apdema hace un enorme trabajo con este colectivo de personas con discapacidad y poner en la calle esta iniciativa del calendario iba a despertar, por una parte, la curiosidad e interés del público hacia la asociación, además de generar unos ingresos económicos extras que, como todos sabemos, siempre son necesarios para sacar adelante otros proyectos a lo largo del año. Aunque, en ese momento no imaginábamos la expectación y repercusión que se generaría en torno al proyecto. Y todo en términos muy positivos.

Por otra parte, tratar de aprender de una experiencia personal que no había tenido oportunidad de vivir hasta este momento. De las situaciones que se iban a presentar y de los pequeños momentos de convivencia que se darían con el grupo de personas que fotografiara. Lo que he recibido a cambio no se puede expresar solamente con palabras hay que vivirlo y sentirlo, ha sido una gran experiencia.

Volviendo a los objetivos, también estaba el plano más profesional, el más técnico como fotógrafo. Se trataba de una producción con medios muy limitados. Aquí intenté poner mi experiencia al servicio de este trabajo para que el resultado fuera lo mejor posible.

¿Cuál es tu balance personal y profesional de la experiencia?

Sin lugar a dudas, en los dos planos ha resultado una gran y positiva experiencia pero en el personal, nunca hubiera imaginado que recibiría tanto a cambio. Tanto y tan bueno.

Creo que la “recompensa” obtenida justifica todas las horas, empeño y cariño que he puesto en este trabajo. En ocasiones, las ganas de querer aportar una ayuda a los sectores de esta sociedad que más lo necesitan, no tiene que ser, únicamente una aportación económica. En este sentido me he visto un poco como uno de los muchos voluntarios que colaboran con la Asociación, que ponen su tiempo, su trabajo, su experiencia, y todo su cariño para echar una mano. Y por esa dedicación no hay contraprestación económica sino algo más importante en muchos momentos de nuestra vida: sentir que somos útiles, que servimos a la sociedad a la que pertenecemos, que a cambio de ese servicio somos capaces de hacer un poco más felices a alguien y eso mismo también tiene su lado de vuelta porque es enormemente reconfortante para quien lo realiza. En todo ese proceso de ida y vuelta no aparece lo material, sí lo sentimental, lo emocional…

Dicho esto, mi mayor respeto y reconocimiento para voluntarios y educadores de la Asociación, lo mío solo ha sido una gota de agua en el Océano. ¡Ell@s si que tienen mérito!

¿En qué ha cambiado tu mirada durante y después de este trabajo?

No se si mi mirada pero si algo por dentro, este trabajo me ha aportando, por parte de las chavalas y chavales de la Asociación, tantas dosis de generosidad, de humildad, de respeto, de cariño…que me sirven para recordar, una vez más, lo importante que es mirar un poco a nuestro alrededor, dejar de mirarnos tanto el ombligo, levantar la vista y comprobar cómo, aquí al lado, en la calle, muy cerca de casa, tenemos una universidad muy importante en cuestión de valores humanos de la que todos podemos/debemos aprender. En estos valores, est@s chic@s, nos puedes dar clases a todos. Chapeau!

La búsqueda de la belleza es una constante en este trabajo. ¿La has encontrado en este trabajo? ¿Dónde reside la verdadera belleza de este reportaje? ¿Cómo se plasma esa belleza? ¿Ha sido difícil/fácil?

Quizá éste ha sido el mayor reto al que me he enfrentado con este trabajo, por lo tanto, no ha sido fácil. Precisamente en esa dificultad está su interés. Para conseguir el mayor atractivo de las imágenes en particular y la colección en general, partía de dos premisas a la hora de afrontar cada foto: Por un lado la composición de la imagen en el comercio o empresa donde se realizaría, para lo cual buscaba siempre con antelación ese lugar que pudiera ser representativo y “fotogénico” a la vez. Eso ya lo llevaba en mi guión mental del trabajo.

Por otro lado y, lo más importante con diferencia, no conocía previamente quién o quiénes serían los “modelos” en cada foto, por lo que tenía que dejar un margen amplio a la improvisación. Buscaba en las personas que posaban, gestos cercanos, simpáticos, cómplices con el espectador y aquí las sonrisas y miradas a la cámara eran fundamentales. Y fue este aspecto el que más trabajé en cada foto (tenían que ir ganándome su confianza para que se sintieran más relajados delante de la cámara, para lo cuál era necesario hacer bastantes tomas) porque para mi, el “secreto” y la belleza de la colección en general reside en cómo se muestran las chicas y chicos ante la cámara y, por ende, ante el espectador. Su naturalidad. Creo que hemos sabido conectar con ellos y con la idea inicial del calendario, con un resultado, por lo que estamos comprobando, atractivo para el público.

Has sido testigo del encuentro de 2 mundos aparentemente dispares e inconexos, personas con discapacidad y comerciantes, ¿cuál es tu crónica del mismo?

Solo aparentemente porque, en lo básico, en lo fundamental desde el punto de vista de las relaciones humanas, somos exactamente iguales. Todos valoramos la sinceridad, el cariño, la lealtad, la responsabilidad, el compañerismo, etc, como los pilares básicos en los que se fundamenta nuestro mundo de relaciones. Ellos nos perciben con una sensibilidad especial, tienen un grado de intuición que no somos capaces de captar en un primer momento pero, no falla, saben perfectamente, cuando interactúan con otras personas, quiénes se pueden dirigir a ellos con unas u otras intenciones. Te aceptan, o no, dentro de su grupo, con todas las consecuencias, en función de cómo te perciban y realmente es algo maravilloso sentirse querido por ellos, porque se entregan con las personas que quieren. Como resumen a mi experiencia con este trabajo podría decir que esto es lo más importante que me ha ocurrido: me han hecho sentir como uno más de ellos, como parte de su grupo, he sentido su cariño, respeto y reconocimiento y he recibido mucho más de lo que me hubiera imaginado antes de empezar con este proyecto.

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