EXCURSIÓN A LEGUTIANO DEL GRUPO DISKULTURA ENVEJECIMIENTO

Las salidas del Grupo Diskultura Envejecimiento nunca son simples excursiones: son encuentros con el entorno y con los demás en un proceso de participación activa que siguen construyendo las personas con discapacidad intelectual participantes a través de cada actividad. Esta vez, el destino fue el municipio de Legutiano, un enclave alavés que ofreció al grupo grandes momentos.
En Legutiano, el paseo por el núcleo urbano y su entorno natural, la contemplación de los embalses desde el mirador y el ambiente distendido marcaron una mañana en la que el grupo no solo se reencontró con la naturaleza, sino también con la calma, el diálogo y el valor de los pequeños descubrimientos. Porque vivir con plenitud no depende de la edad, sino de las oportunidades para hacerlo.
El programa “Diskultura Envejecimiento” apuesta por la cultura y el ocio como derechos accesibles y transformadores para las personas con discapacidad intelectual en procesos de envejecimiento. En este contexto, cada actividad se convierte en un ejercicio de pertenencia, participación y disfrute compartido.
Así nos lo explican las responsables del Programa en la siguiente crónica, donde nos cuentan con detalle cómo vivieron esta experiencia que, más allá del viaje, reafirma el sentido de seguir compartiendo experiencias.
Como parte de las actividades organizadas desde el Grupo de Diskultura Envejecimiento, el pasado lunes realizamos una interesante y agradable salida al municipio de Legutiano, en Álava. La jornada comenzó con un paseo tranquilo por el centro del pueblo, lo que nos permitió disfrutar de su entorno natural y de su cuidado patrimonio, así como conversar en un ambiente distendido.
A lo largo de la mañana, recorrimos algunas de sus calles más emblemáticas y nos acercamos al conocido mirador del pueblo, desde donde pudimos contemplar unas vistas espectaculares del entorno, que combina zonas de montaña, vegetación y embalses. Este momento fue especialmente valorado por el grupo, ya que nos brindó la oportunidad de conectar con la naturaleza y hacer una pausa para apreciar el paisaje.
Después del paseo, terminamos la salida tomando algo en uno de los bares de la zona, lo que nos permitió seguir compartiendo impresiones y disfrutar de un rato muy agradable en buena compañía. Fue, sin duda, una mañana diferente, llena de pequeños descubrimientos y buenos momentos, que todos valoramos muy positivamente.