EL HAMAIKETAKO SOLIDARIO DE APDEMA LLENA DE INCLUSIÓN Y ALEGRÍA AMURRIO
Hoy, viernes 28 de noviembre, la Plaza Juan de Urrutia de Amurrio se ha convertido en un espacio de encuentro, solidaridad e inclusión gracias a la celebración del Hamaiketako Solidario de Apdema. Durante toda la mañana, entre las 11:00 y las 13:30 horas, vecinos y vecinas de la localidad, junto con familias, personas usuarias, profesionales, voluntariado de la asociación y representantes sociales, han compartido un ambiente festivo marcado por la animación y el sabor del pintxo-caldo solidario.
La cita, ya consolidada en el calendario de actividades de Apdema, ha vuelto a demostrar la capacidad de convocatoria de la asociación y el compromiso de la ciudadanía alavesa con la inclusión de las personas con discapacidad intelectual. En esta ocasión, el evento se enmarcaba dentro de la campaña divulgativa 2025 “Somos Inclusión”, reforzando así el mensaje central de la asociación: la diversidad y la convivencia como pilares de una sociedad más justa, cohesionada e inclusiva.
La jornada ha contado con la asistencia de autoridades locales y representantes institucionales, que han querido acompañar a Apdema en este encuentro solidario. El pintxo-caldo solidario se ha convertido en el punto de encuentro perfecto para compartir conversaciones y la solidaridad de una comunidad unida en torno a un mismo objetivo: visibilizar el valor de la inclusión y apoyar la labor que Apdema desarrolla en todo el territorio alavés.
Desde la organización queremos destacar la importancia de haber contado con la colaboración del Ayuntamiento de Amurrio, la Fundación Vital y la Diputación Foral de Álava, entidades que con su apoyo hacen posible la realización de actividades que acercan la inclusión a la vida cotidiana de localidades alavesas.
El Hamaiketako Solidario de Amurrio se cierra con un balance muy positivo, tanto por la alta participación como por el ambiente reivindicativo que se ha generado. Una vez más, Apdema ha aprovechado para recordar que la inclusión no es solo un concepto, sino una práctica diaria que se construye con cada gesto, cada encuentro y cada espacio compartido.






